Escuchando las canciones de Amaral, mi mente empieza a recordar... Buenos momentos truncados por la decepción... Confianza traicionada por ponerla en manos de quien no debía... Una amistad cimentada sobre pilares falsos que no resistieron el embate de la verdad...

La indiferencia es lo único que permanece después de lo que sucedió entre nosotros... La distancia ha sido lo que nos ha mantenido a flote, sumergiéndome en la indiferencia y la ausencia de sentimientos hacia ella, que, y es algo de lo que estoy seguro, era lo más conveniente para los dos... Aunque no sé si ella pensará lo mismo: la venganza necesita tener delante al objeto de la misma, para alimentarse y saciarse. Pero el daño es un bumerán que siempre vuelve, por muy lejos que se lance...

Inevitable decepción la que nos aguarda… Agazapada, esperando entre las sombras y sorprendiéndonos con su astucia y, por qué no, descaro… Un arma siempre certera, con munición infinita, un francotirador al que no afectan el sueño o el cansancio...

Ya no te quiero...